lunes, 31 de enero de 2011

Los Valientes del Estado

Con la fuga del Mayor César Maldonado de la cárcel de Tolemaida y, festejos de Zeus, pareciera que a los políticos que ocupan cargos públicos en el gobierno “del mejor amigo de Chávez”, le hubieran pisado los callos; el ministro del Interior y de justicia balbuceando a los cuatro vientos y echando babas de la furia decidió que todos los militares que estuvieren internos en cárceles del Ejército por delitos comunes u ordinarios y otros, condenados a más de 25 años, fueran recluidos inmediatamente en la cárcel de la picota; de igual manera lo hizo Mindefensa. Que ira les dio por que son militares; si fuesen narcoterroristas estarían celebrando tal como lo hace Piedad, Iván Cepeda, Petro, Gloria Cuartas, el cura Giraldo, coronel Velásquez y otros. Cuando Vargas Lleras fue herido por las FARC acudió inmediatamente a pedir escoltas al Ejército, muerto y pálido de miedo, por no emplear otras palabras, así se convirtió en mejor amigo de los militares; ahora que alcanzó una cúspide donde puede proyectar su futuro político con el ideal de ser presidente de la República se voltea y  expresa con fuerza, furia y sin cobardía contra los oficiales caídos en desgracia por culpa del mismo Estado; por culpa de la política sucia y demagoga; por culpa de los malos gobiernos; por culpa de los comandantes de la Fuerza indolentes y serviles que proyectaron la Institución más gloriosa de Colombia agachando la frente con sumisión y humillación para no perder sus cargos. Hoy estamos empezando porque ya los bravos ministros les dio por lavarse la manos y atacar a los débiles militares que no tienen defensores en su Institución, comandantes, por temor a perder el cargo, a perder su derecho a la indignidad y continuar haciendo venias a estos descarados y cínicos políticos que andan siempre con la frente agachada del peso de sus culpas; por eso Vargas Lleras no mira de frente y no la sostiene porque su corazón y conciencia saben del voltearepas que es, juega con dos ases; se le volteó a Uribe Vélez y ahora aprovecha el momento para golpear a los hombres que lo han defendido, le han dado la libertad para hacer política sucia y alcanzar el puesto que ostenta. Gracias a la Institución que hoy pisotea y juzga sin meditar y consultar la Constitución. ¿Qué se cree este señor Vargas?, será que piensa que tiene esclavos a quien maltrata y fustiga tal como en antaño hicieron los bárbaros españoles como Sámano, Virreyes y Pablo morillo “El pacificador”, chapetones abusivos que empleaban la pena capital y el descuartizamiento. Nosotros tenemos un régimen especial no ganado por políticos sino defendiendo nuestra patria, poniendo el pecho frente a los delincuentes para darle la paz a los compatriotas y ciudadanos colombianos, unos trabajando en el campo y otros en las ciudades ganando el sustento, viviendo a las anchas gracias a estos héroes que le garantizan su libertad. Ustedes desde lo ministerios que tienen el poder en la mano, deben obrar con razón y conciencia siendo justos mejorando la situación de los militares que defienden la democracia dando victorias. Colombia entera los aplaude, admira pero cuando existen casos aislados generalizan acusándolos. El Mayor Maldonado está pagando una condena de un delito que no cometió y que cayó en desgracia por las influencias del simpatizante del Eln, como así lo tildan, Wilson Borja, quien arremetió contra este oficial que se jugó la vida contra los narcoterroristas de las FARC y Eln obteniendo éxitos tales que lo condecoraron con seis medallas de orden público, lo que quiere decir que este militar no es un delincuente, es un héroe de la patria que no ha contado con el apoyo de sus compañeros y, especialmente de su Ejército, para su defensa, sufriendo una sentencia injusta. Esa conducta alocada ha sido consecuencia del desespero y  depresión de la injusticia colombiana que siempre ve con malos ojos a los militares porque está permeada de los dineros de la delincuencia, FARC, Eln y narcotráfico, así está escrito. No podemos permitir que este par de ministros enfurecidos tomen la determinación de borrar del mapa el derecho al fuero que constitucionalmente está establecido para los militares; esto no es de ira, es de ley y ningún cascarrabias tiene potestad para cometer semejante atropello. Es el momento de la integración de las asociaciones y unidades simbólicas de la reserva en pleno para manifestar nuestro inconformismo del nepotismo, arrogancia y soberbia desatado por los citados, que gracias al soporte de los héroes están gloriosos y orondos ocupando tan altos cargos. 

My Lancero, José Hermes Páramo Millán.

viernes, 28 de enero de 2011

Sancocho de ácido, carbón y mercurio...


Por: JUAN GOSSAÍN / CARTAGENA DE INDIAS | 9:28 p.m. | 06 de Diciembre del 2010/ El Tiempo

El alcatraz que vuela entre mis sueños lleva en su enorme pico una quimera... (Walt Whitman, Hojas de hierba).

Una mañana de mayo pasado, los viejos madrugadores del pueblo de Marytown, perdido en las costas que bordean el sudeste de los Estados Unidos, se levantaron como todos los días a echarles unas migajas de pan a los pájaros marinos que merodean con mansedumbre por los patios y que se han ido convirtiendo en sus amigos.

Lo que vieron los dejó espantados: las gaviotas de cabeza negra, que son tan bellas, también tenían negro el plumaje. Del pico les goteaba una mancha babosa. No podían levantar el vuelo de la arena, con las patas hundidas en una masa de chapapote pastoso, como el asfalto cuando se derrite. Una de las gaviotas miró a la gente pidiendo ayuda.

Según cuentan los testigos, más allá de la playa, cerca del río, tres garzas morenas habían muerto con los ojos despepitados. El guiso espantoso que navegaba corriente abajo, matando todo lo que se le atravesara, era la mezcolanza de petróleo crudo de la empresa British, que cayó pocos días antes a las aguas del Golfo de México.

A esa misma hora los alcatraces de la bahía de Santa Marta, al norte de Colombia, desayunaban su ración cotidiana de buñuelos de carbón. El periodista Antonio José Caballero, grabadora en mano, esperaba en la playa el regreso de los pescadores que habían salido a trabajar temprano. Mientras aguardaba, la cámara de su teléfono celular retrató la pala enorme de un barco carbonero que arrojaba al mar el polvo negro que sobró en las bodegas.

A esa misma hora, en las playas legendarias de Juanchaco y Ladrilleros, cerca de Buenaventura, los lancheros de cabotaje que llevan carga y pasajeros por los pueblos que se arraciman en las orillas del Pacífico limpiaban sus motores preparándose para un nuevo día de trabajo. Como si fuera la cosa más natural del mundo, arrojaban al mar el contenido de unos tanques repletos de residuos de gasolina, queroseno y diésel. Un langostino magnífico, que medía un jeme, iniciaba el día tomándose su primera taza de combustible. Cuando vi la fotografía en El País de Cali me dieron ganas de echarme a llorar.

A esa misma hora, en la zona industrial de Cartagena de Indias, abierta sobre la bahía del Caribe resplandeciente, los trabajadores de una compañía empacadora se sentaron a desayunar en los comedores de su empresa. En ese momento volvieron a ver, como venía sucediendo en las mañanas más recientes, que una nata de tizne cubría la superficie del café con leche, y que una mermelada negra, tan semejante al betún de limpiar zapatos, se había pegado al pan y al queso blanco.

Entonces, no aguantaron más. Se levantaron todos, sin que nadie los hubiera convocado, y comenzaron a golpear los platos contra los mesones. La algarabía se oyó en media ciudad. Las autoridades ambientales ordenaron el cierre de un muelle vecino, que se dedica a cargar carbón a cielo raso, sin mayores precauciones ni cuidados, sin tubos cerrados ni conductores protegidos. Seis días después el muelle fue reabierto.

A esa misma hora, en la región acuática de La Mojana, que cubre un gigantesco territorio húmedo de los departamentos de Bolívar, Sucre y Antioquia, bajaban resoplando los ríos Cauca y san Jorge, que se desbordan en caños y ciénagas. El apóstol Ordóñez Sampayo, que se ha gastado la vida defendiendo de la contaminación a campesinos, cosechas y animales, apareció en la plaza de Guaranda con el dictamen médico en la mano: los doctores certificaban que los tres niños que nacieron deformes tenían mercurio en el sistema sanguíneo.
El terrible mal de Minata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados.

En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer.
En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un hongo químico a manera de cresta. El hambre campea entre los pocos ranchos que no se ha llevado el invierno. Las emanaciones de las lagunas huelen a lo mismo que huele un laboratorio de detergentes.

Hay que decir, también, que los empresarios mineros se defienden diciendo que Ordóñez Sampayo está loco. Claro que está loco: ningún hombre cuerdo expone su pellejo ni dedica su vida entera a defender a un ruiseñor, una mojarra, un plátano pintón, una mazorca de maíz o a una mujer embarazada que carga un fenómeno en el vientre.

Epílogo

Aquella mañana, cuando los pescadores de Santa Marta regresaron a la playa, el periodista Caballero los acompañó en su tarea de descamar y abrirles el buche a los escasos pescados que traían.

-¿Qué es eso? -preguntó, intrigado, al ver unas bolas negras en el estómago de un bagre.

-Carbón, amigo -le contestó uno de ellos, levantando el animal-. Pelotas de carbón. Eso es lo que comen ahora.

Caballero tomó más fotografías y se las llevó a algunos funcionarios de la industria carbonera.

-No se preocupe -le contestó el gerente-. Vamos a construir un nuevo muelle de última generación.

-No lo dudo -dijo el reportero, con una mueca de dolor que parecía sonrisa-. No lo dudo: será la última generación.

El día que Caballero me contó esa historia, y me enseñó sus fotografías, ya no sentí ganas de echarme a llorar, como la vez aquella del langostino bañado en combustible. Lo que sentí ahora fue rabia. Cuando ya no quede una sola hoja de acacia, cuando el último pulpo haya muerto atragantado con ácido sulfúrico y cuando nuestros nietos nazcan con un tumor de carbón endurecido en la barriga, entonces será demasiado tarde. Dispondremos de computadores infrarrojos de última generación, pero ya no habrá agua para beber; los celulares de rayos láser se podrán comprar en las boticas, pero el sol no volverá a salir; los niños encontrarán el algoritmo de 28 a la quinta potencia con solo cerrar los ojos, pero dentro de 20 años no sabrán de qué color era una golondrina.

Los invito a todos a ponerse de pie antes de que se marchite el último pétalo. Usen el arma prodigiosa del Internet para protestar. Hagan oír su voz. Que el correo electrónico de los colombianos sirva para algo más que mandar chistes y felicitaciones de cumpleaños. Porque, si seguimos así, el día menos pensado no quedará nadie que cumpla años. Ni quién envíe felicitaciones.
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JUAN GOSSAÍN

lunes, 20 de diciembre de 2010

Sancocho de ácido, carbón y mercurio...

Por: JUAN GOSSAÍN / CARTAGENA DE INDIAS | 9:28 p.m. | 06 de Diciembre del 2010/ El Tiempo

El alcatraz que vuela entre mis sueños lleva en su enorme pico una quimera... (Walt Whitman, Hojas de hierba).

Una mañana de mayo pasado, los viejos madrugadores del pueblo de Marytown, perdido en las costas que bordean el sudeste de los Estados Unidos, se levantaron como todos los días a echarles unas migajas de pan a los pájaros marinos que merodean con mansedumbre por los patios y que se han ido convirtiendo en sus amigos.

Lo que vieron los dejó espantados: las gaviotas de cabeza negra, que son tan bellas, también tenían negro el plumaje. Del pico les goteaba una mancha babosa. No podían levantar el vuelo de la arena, con las patas hundidas en una masa de chapapote pastoso, como el asfalto cuando se derrite. Una de las gaviotas miró a la gente pidiendo ayuda.

Según cuentan los testigos, más allá de la playa, cerca del río, tres garzas morenas habían muerto con los ojos despepitados. El guiso espantoso que navegaba corriente abajo, matando todo lo que se le atravesara, era la mezcolanza de petróleo crudo de la empresa British, que cayó pocos días antes a las aguas del Golfo de México.

A esa misma hora los alcatraces de la bahía de Santa Marta, al norte de Colombia, desayunaban su ración cotidiana de buñuelos de carbón. El periodista Antonio José Caballero, grabadora en mano, esperaba en la playa el regreso de los pescadores que habían salido a trabajar temprano. Mientras aguardaba, la cámara de su teléfono celular retrató la pala enorme de un barco carbonero que arrojaba al mar el polvo negro que sobró en las bodegas.

A esa misma hora, en las playas legendarias de Juanchaco y Ladrilleros, cerca de Buenaventura, los lancheros de cabotaje que llevan carga y pasajeros por los pueblos que se arraciman en las orillas del Pacífico limpiaban sus motores preparándose para un nuevo día de trabajo. Como si fuera la cosa más natural del mundo, arrojaban al mar el contenido de unos tanques repletos de residuos de gasolina, queroseno y diésel. Un langostino magnífico, que medía un jeme, iniciaba el día tomándose su primera taza de combustible. Cuando vi la fotografía en El País de Cali me dieron ganas de echarme a llorar.

A esa misma hora, en la zona industrial de Cartagena de Indias, abierta sobre la bahía del Caribe resplandeciente, los trabajadores de una compañía empacadora se sentaron a desayunar en los comedores de su empresa. En ese momento volvieron a ver, como venía sucediendo en las mañanas más recientes, que una nata de tizne cubría la superficie del café con leche, y que una mermelada negra, tan semejante al betún de limpiar zapatos, se había pegado al pan y al queso blanco.

Entonces, no aguantaron más. Se levantaron todos, sin que nadie los hubiera convocado, y comenzaron a golpear los platos contra los mesones. La algarabía se oyó en media ciudad. Las autoridades ambientales ordenaron el cierre de un muelle vecino, que se dedica a cargar carbón a cielo raso, sin mayores precauciones ni cuidados, sin tubos cerrados ni conductores protegidos. Seis días después el muelle fue reabierto.

A esa misma hora, en la región acuática de La Mojana, que cubre un gigantesco territorio húmedo de los departamentos de Bolívar, Sucre y Antioquia, bajaban resoplando los ríos Cauca y san Jorge, que se desbordan en caños y ciénagas. El apóstol Ordóñez Sampayo, que se ha gastado la vida defendiendo de la contaminación a campesinos, cosechas y animales, apareció en la plaza de Guaranda con el dictamen médico en la mano: los doctores certificaban que los tres niños que nacieron deformes tenían mercurio en el sistema sanguíneo.
El terrible mal de Minata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados.

En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer.
En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un hongo químico a manera de cresta. El hambre campea entre los pocos ranchos que no se ha llevado el invierno. Las emanaciones de las lagunas huelen a lo mismo que huele un laboratorio de detergentes.

Hay que decir, también, que los empresarios mineros se defienden diciendo que Ordóñez Sampayo está loco. Claro que está loco: ningún hombre cuerdo expone su pellejo ni dedica su vida entera a defender a un ruiseñor, una mojarra, un plátano pintón, una mazorca de maíz o a una mujer embarazada que carga un fenómeno en el vientre.

Epílogo

Aquella mañana, cuando los pescadores de Santa Marta regresaron a la playa, el periodista Caballero los acompañó en su tarea de descamar y abrirles el buche a los escasos pescados que traían.

-¿Qué es eso? -preguntó, intrigado, al ver unas bolas negras en el estómago de un bagre.

-Carbón, amigo -le contestó uno de ellos, levantando el animal-. Pelotas de carbón. Eso es lo que comen ahora.

Caballero tomó más fotografías y se las llevó a algunos funcionarios de la industria carbonera.

-No se preocupe -le contestó el gerente-. Vamos a construir un nuevo muelle de última generación.

-No lo dudo -dijo el reportero, con una mueca de dolor que parecía sonrisa-. No lo dudo: será la última generación.

El día que Caballero me contó esa historia, y me enseñó sus fotografías, ya no sentí ganas de echarme a llorar, como la vez aquella del langostino bañado en combustible. Lo que sentí ahora fue rabia. Cuando ya no quede una sola hoja de acacia, cuando el último pulpo haya muerto atragantado con ácido sulfúrico y cuando nuestros nietos nazcan con un tumor de carbón endurecido en la barriga, entonces será demasiado tarde. Dispondremos de computadores infrarrojos de última generación, pero ya no habrá agua para beber; los celulares de rayos láser se podrán comprar en las boticas, pero el sol no volverá a salir; los niños encontrarán el algoritmo de 28 a la quinta potencia con solo cerrar los ojos, pero dentro de 20 años no sabrán de qué color era una golondrina.

Los invito a todos a ponerse de pie antes de que se marchite el último pétalo. Usen el arma prodigiosa del Internet para protestar. Hagan oír su voz. Que el correo electrónico de los colombianos sirva para algo más que mandar chistes y felicitaciones de cumpleaños. Porque, si seguimos así, el día menos pensado no quedará nadie que cumpla años. Ni quién envíe felicitaciones.

JUAN GOSSAÍN



martes, 30 de noviembre de 2010

LAS CHUZADAS DEL DAS.....EL LARGO BRAZO DE LA IMPUNIDAD!!!!

Este tema sobre las “chuzadas” del DAS hubiese merecido unos protagonistas  con más criterio y menos susto.   Seguramente otra cosa hubiese sido este episodio con los directivos de la década pasada de los 90´s.    Esos sí sabían para qué era el DAS y para qué ese poder en sus manos.  Eso de las chuzadas es cuento viejo y a muchos nos chuzaron y nos persiguieron con saña criminal desde el DAS en la década pasada.  Y nada pasó. El 2 de octubre de 2005, el representante Carlos Alonso Lucio del M-19,  “hace públicas varias grabaciones en las que conversan el director en Colombia de la DEA con sus superiores en Washington y en la que, según Lucio, se demuestra la conspiración de la DEA contra el gobierno de Samper” y nadie explicó quién o qué entidad chuzó esa conversación, ni cómo obtuvieron la indagatoria de Santiago Medina, tampoco lo explicó nadie. Sin embargo  todo se supo, pero nadie respondió judicialmente. El periódico La Prensa, dirigido valientemente por Juan Carlos Pastrana, denunció y publicó ampliamente esas irregularidades.  Era la época del “mamola” para los que reclamaban trasparencia del gobierno.

Estos funcionarios del DAS del caso reciente, en lugar de andar a las escondidas en el tsunami mediático que les montaron los que  en la década pasada estaban manejando y cerca del DAS de entonces, debieron darle la cara a los Colombianos y entregar a la opinión pública todos los archivos e investigaciones que hicieron y enfrentar develando a los enemigos de nuestra estabilidad democrática y que ahora fungen de adalides  de la justicia y absurdamente son jueces, cuando en realidad  deberían tener  otra posición en los estrados judiciales.  La seguridad del estado es una función estratégica y vital para cualquier país, que permite, sin mayor explicación, aplicar el inmediato desalojo de su territorio a quien consideren peligroso para su seguridad nacional y tener corticos en sus andanzas a personajes que mantengan nexos con estados hostiles o grupos terroristas, porque de no hacerlo, por equivocados cálculos políticos que no van en este tema, sus resultados serian de un costo muy alto para el país y los ciudadanos.  Con mayor razón se debe ejercer milimétricamente cuando se trata de elementos abiertamente hostiles con el sistema democrático al que con el crimen y el terrorismo han tratado de derrocar para imponerle al pueblo un sistema comunista, esclavista y genocida.

Pero que  a raíz del asilo de la exdirectora del DAS en Panamá, ciertos personajes hipócritamente se rasguen sus vestiduras y emitan alaridos de hienas escandalizadas por ese asilo, produce nauseas.  Eso de victimizarse cuando han guardo silencio frente a asilos peores, cuando han callado frente a asilos de lesa humanidad, frente a asilos de sindicados y procesados con los que tuvieron o tienen ocultas militancias y vergonzosos  silencios, los deja en evidencia repugnante y pecaminosa.  Los que hoy gritan por este asilo, personas y organizaciones,  han guardado silencio cómplice en muchos casos, como estos:  

CASO ALVARO LEYVA.- “En 1994 José William Romero, campesino de 70 años que movió más de $10.000 milones en su cuenta bancaria en cuatro meses, giró a su nombre un cheque por $49 millones. Romero era empleado de Jairo Aparicio Lenis, prófugo de la justicia acusado de enriquecimiento ilícito. Leyva dijo en indagatoria ante la Fiscalía que era un pago por la venta de unas volquetas a la empresa minera Cominco, de la cual Aparicio era socio. No obstante, no ha podido acreditar la existencia del contrato de compra-venta. Pocos días después de la declaración de Leyva, Aparicio sustentó esta versión ante una notaría en Ipiales. La Fiscalía le dictó a Leyva medida de aseguramiento. Leyva salió a México y luego a Costa Rica donde pidió asilo político….Ha sido acusado de "estafeta de la guerrilla" y ha sido citado a diversos juzgados a explicar sus vínculos con la subversión. Inclusive en 1991, el senador Armando Varona lo denunció por enriquecerse como mediador de secuestros.”

En este caso, Leyva era amigo personal del presidente del momento, Andrés Pastrana.   Sin embargo se asiló aduciendo persecución política judicial.  Y los escandalizados fariseos de hoy, guardaron humanitario silencio.

De 'Hernán Ramírez', 'Miguel Díaz Pachi', 'Juan Antonio Rojas' y 'Olga Lucía Marín' se afirma que son vistos en Europa gozando de extraña protección política haciendo  acción internacional de las FARC y que en  Carolina del Norte hay un grupo grandecito de colombianos,  abiertos seguidores de las Farc, que posan de ecologistas y ninguno de los escandalizados de hoy han dicho nada.

CASO GLORIA LARA  DE ECHEVERRI.- Las siguientes personas, miembros de una organización armada clandestina- Organización Revolucionaria del Pueblo- ORP, de ideología comunista- algunos de ellos vinculados a la Universidad Nacional, fueron condenados en 1992 a 28 años de cárcel por el secuestro y asesinato atroz de la Directora de Acción Comunal, la señora Gloria Lara de Echeverri, ocurrida el 23 de junio de 1982 en Bogotá, Colombia.  En octubre 3 de 1983, contra toda evidencia en el proceso, pues habían confesado libremente el crimen, un juez ordena su libertad.  Esta medida fue revocada y ordenada su recaptura un mes después por el Tribunal nacional, pero en diciembre del mismo año (1983) se conoce que los asesinos se encontraban en Europa en calidad de “refugiados políticos” o sea asilados.  De manera que fue imposible recapturarlos y, asilados, se establecieron en Europa. Sus abogados presentaron recurso de casación ante la Corte Suprema y esta institución de justicia en forma inexplicable dejó vencer los términos en el 2002, sin resolver el recurso, con lo cual el caso se quedó sin sanción penal, pese a que habían sido condenados a 28 años de prisión.

Estos los nombres de los condenados asilados: Hernando Franco D´Laytz (Universidad de París); Martha Filistrof de Franco (Suiza); José Miguel Gamboa López (Instituto Bruno Kresty, Austria); Miguel Ángel Vargas; Gloria Medellín; Diana Giraldo; Graciela Inés Acosta ; Víctor Rojas (Escribe poesía y recibe galardones de la academia sueca); Juan Tadeo Espitia Supelano; Fredy José Rivera Arboleda; Gilberto Antonio Rivera Mesa; Froilan Rivera Mesa (Trabaja en Suecia en ONU); Emperatriz Santander Cancino (Se hace Sandinista  y vive en Nicaragua desde 1987); Robinson Rafael Rivera Arrieta; Rodrigo Alberto Penilla Candela; Betty Suárez; Enán Lora(Se quedó en Colombia vinculado al GEGA grupo que asesinó al candidato presidencial Álvaro  Gómez Hurtado)

Se sabe que tienen nacionalidades de: Dinamarca, Francia, Suecia, Austria y España.  Se sabe también que los apoyan: Amnistía España y la federación Española de derechos humanos, entre otras ong.  Organizaciones con las que mantienen estrecha relación nuestras ong`s colombianas, cuyos miembros hoy rasgan sus vestiduras por el asilo de la ex directora del DAS.

“La diplomacia de las FARC que les permite llevar su gente a Europa, se hace a través de unos abogados intermediarios.  Es decir, hay unos tipos que se han especializado en derecho de emigración, y se encuentran en Suecia, en España, en Francia, en Londres.  A esa gente ya la tiene contactada las FARC; ellos les pagan a estos tipos, y organizaciones como Amnistía Internacional y la Federación Española de Derechos Humanos, para presentar el caso como si se tratara de perseguidos políticos.  Estos tipos que trabajan con las FARC, reciben los casos, les dan la plata y ellos los tramitan y les consiguen el asilo. Tienen muy bien montado el negocio, pues por cada trámite cobran alrededor de US$ 10.000.” (Gloria Lara. La Flor de la esperanza. Luz María Echeverri Lara,  marzo de 2006)

El juez 16 superior Enrique Alford, el 3 de octubre de 1983, los dejó en libertad, plasmando para la historia judicial de Colombia, su militancia ideológica, lo que le aseguró la crítica de muchas personas, entre ellas el procurador Carlos Jiménez Gómez.

Dos meses después el Tribunal revoca la decisión de Alford y ordena recaptura de los 18 autores del crimen de Gloria Lara…pero ¡oh sorpresa!, ya estaban en Europa, gozando de excelente y oportuno ASILO.  Sin embargo Alford no acata la orden del Tribunal y no ordena la captura de los criminales, hasta que el proceso pasa a otra juez, la 39.  En junio de 1985, extrañamente, el caso es calificado por Alford, quien no llama a los 18 criminales a juicio, pero en cambio,  en  julio de 1985, su nombre es propuesto para formar parte de la Corte Suprema de justicia.  En aquella ocasión no alcanzó los votos necesarios, pero luego de unos años sí.  A los 4 meses eran quemados los magistrados de la Corte Suprema por parte del M-19.  Cría cuervos…..

Enrique Alford, premiado por la judicatura, para 1997 era magistrado del Tribunal de Bogotá.  En 1986, octubre 7, el Tribunal revoca la medida de Alford y llama a juicio a los 18 criminales. Y en agosto 20 de 1992; el Tribunal Nacional, condena a 28 años de prisión a todos los autores materiales del crimen de Gloria Lara.
En 1995 el proceso va en  Casación a la Corte Suprema de Justicia.  El magistrado ponente fue Carlos E. Mejía Escobar y se nombra conjuez a Fernando Arboleda Ripoll, quien se inhabilita por haber asesorado a los abogados defensores de los criminales en cabeza de Alejandro Hernández y Gustavo Gallón!!, connotado “defensor de derechos humanos” del Cinep y la Comisión colombiana de juristas.  De manera que se nombra nuevo conjuez y escogen a Alfonso Gómez Méndez !!
En agosto de 1995 el proceso pasa a concepto de la procuraduría.  En mayo de 1997 el procurador Germán Pabón Gómez emite concepto luego de dos años!!!.

En 1997 el nuevo magistrado ponente fue Jorge Aníbal Gómez Gallego, quien tres años después decreta la prescripción del proceso, porque resulta que luego de ejecutado el auto de proceder el termino de prescripción es de tan solo 10 años.  Tan bien asesorados jurídicamente estos criminales.
Como ominoso corolario, recordemos que el proceso llegó a la Corte, el 22 de febrero de 1995,  un año y medio antes de su prescripción.

De estas aberraciones, impunidades y descarados asilos no dijeron nada los hipócritas  escandalizados de hoy.  Como siempre, jugando a la amnesia de nuestro pueblo y a la perenne impunidad que los cubre.

jueves, 18 de noviembre de 2010

EL ESPANTOSO SILENCIO


Por Saúl Hernández Bolívar
El Tiempo, Bogotá
9 de noviembre de 2010

Debemos estar nadando en un mar de amnesia y confusión como para que 25 años después nos estén reescribiendo la historia sobre unos hechos que la mayoría de los que estamos vivos seguimos en directo por radio y televisión, y de los que se escribieron ríos de tinta en tantos rollos de papel que se podría envolver a Colombia con ellos. Y es que referirse hoy a los sucesos del Palacio de Justicia sin siquiera mencionar al M-19, el autor del crimen, es un acto de perfidia y mala fe que no puede considerarse como una ligereza o un asunto de mala memoria, sino como una acción calculada para transferir a otros la responsabilidad de esa atrocidad que no podemos olvidar jamás.

Esa estrategia es usada con frecuencia por la izquierda marxista, como en aquel comunicado del Polo 'Democrático', con ocasión de la masacre de los diputados del Valle, en el cual se abstuvieron de mencionar a las Farc, como si aquellos hubieran muerto en un accidente de tránsito. Y el país deja pasar, silenciosamente, todas esas artimañas sin reparar en lo que nos corre piernas arriba; nos están ganando, en escritorios, una guerra que perdieron en el campo de batalla.

Dicen muchos, por estos días, que hay que sacar a la luz la verdad sobre los luctuosos hechos del Palacio. Yo diría, más bien, que hay que develar las mentiras que se han tejido para tender un manto de oscuridad y de impunidad sobre ellos, con las que se pretende limpiar el nombre de los terroristas para, acaso, allanar su camino al poder.

Con este objetivo, los sucesos se han tergiversado detalladamente, de principio a fin, con evidente intención política. Por ejemplo, la llamada Comisión de la Verdad afirma que el Palacio de Justicia fue usado como una ratonera; es decir, que los altruistas guerrilleros del 'M' -o sea de esos que matan para que todos vivamos mejor- cayeron en una trampa del Ejército, que conocía al dedillo la operación de los subversivos y retiró la vigilancia para que aquellos sucumbieran en sus garras. Como quien dice, de un momento a otro, los que eran sagaces (robo de armas del Cantón Norte, toma de la embajada de República Dominicana) se volvieron torpes, y los ineficientes, astutos.

Se descarta de plano la posibilidad de que el narcotráfico, patrocinador oficial de la toma y la quema -cosa que muchos, como la 'investigadora' Ana Carrigan, desestiman-, también hubiera engrasado con su dinero las bisagras para que las puertas se abrieran. Asimismo, mientras el Tribunal Especial de Instrucción que se creó en la época, con juristas verdaderamente eminentes, para rendir informe sobre el holocausto, concluyó, entre otras cosas -basado en testigos directos-, que el fuego lo propició el M-19 para quemar los expedientes, la fiscal Buitrago replica que el causante fue el Ejército. Pero hay algo más importante: el TEI determinó fehacientemente que no hubo desaparecidos.

Hoy, el coronel Alfonso Plazas Vega está condenado a 30 años por la 'autoría mediata', de esas supuestas desapariciones, un tipo penal inexistente. Su proceso judicial estuvo plagado de tantas irregularidades -testigos fantasmas, pruebas falsas, contradicciones enormes-, que haría sonrojar a un estudiante de primer año de Derecho. Y hace pocos meses (gracias a Ricardo Puentes y Claudia Morales, los verdaderos 'periodistas del año'), nos hemos venido a enterar de que René Guarín Cortés, quien hace el reconocimiento de varios de los 'desaparecidos', en imágenes nebulosas, es un guerrillero indultado del M-19, un detallito que les resta toda credibilidad a sus palabras.

Este solo hecho, en cualquier parte, derrumbaría esta pantomima que nos debería avergonzar a todos. Pero no, el país calla y deja pasar. Es el silencio de los inocentes. Ya decía Martin Luther King que le preocupaba más "... el espantoso silencio de la gente buena".

Por una patria libre de terroristas y narcotraficanteshttps://blogger.googleusercontent.com/tracker/3876567526841564767-3618867202697951714?l=reservactiva.blogspot.com

martes, 12 de octubre de 2010

LA VERDAD SOBRE LAS MINAS EN COLOMBIA

LA VERDAD SOBRE LAS MINAS EN COLOMBIA…
UNA TRAGEDIA QUE TE APRENDES
AL   http://www.runners.es/rcs/equipamiento/2006/06_Jun/Pie1.gif    DE LA LETRA


EN UN AÑO CENTENARES DE COLOMBIANOS, NIÑOS, NIÑAS, POLICIAS, CAMPECINOS Y MILITARES SE CONVIERTEN EN VICTIMAS DE LAS MINAS SEMBRADAS POR LAS FARC.
Desde 1990 más de 7.400[1] colombianos han sido víctimas de este terrible artefacto diseñado para matar y/o lisiar de por vida a personas inocentes, víctimas del terrorismo en Colombia. En promedio,  dos personas diarias caen víctimas de las minas anti persona, y lo peor de esto es que el 30% de ellas, son niños y niñas que no entienden el porqué de estos actos terroristas. Una guerra que no diferencia raza, edad o sexo, un acto inhumano que cobra cada vez más vidas. Una mina puede permanecer activa durante más de 50 años, y resulta realmente difícil prevenirlas o identificarlas. Las FARC asesinan al pueblo colombiano.

miércoles, 6 de octubre de 2010

CASO GENERAL USCÁTEGUI



BOLETÍN No. 8 28 de septiembre de 2010

¿EN QUÉ VA LA PELEA CON EL COLECTIVO DE ABOGADOS “JOSÉ ALVEAR RESTREPO”?
Round #1
El 1 de septiembre, familiares y amigos de las Fuerzas Militares protestaron pacíficamente contra el CAJAR por sus abusos en los procesos judiciales. Ver video:
http://www.youtube.com/watch?v=faQ-tHf3kDA

Round #2
El CAJAR, en carta dirigida al Presidente Santos, se declara agredido con la protesta y califica las acusaciones en su contra como “injurias, calumnias e insultos”.

Round #3 El General Uscátegui envía una carta pública al Presidente Santos, en la que aporta las pruebas que demuestran que el CAJAR “manipula la información y engaña la justicia”.

Ver documento completo: www.uscateguiesinocente.com